viernes, 28 de enero de 2011

Carrusel (o al final, siempre el sol)

Hoy me decidí a pasear sin saber la que iba a caer. En el camino hacia la playa me sorprendió un buen chaparrón que estuvo a punto de hacerme desistir, menos mal que no fue así. Como observaréis en la fotos el sol salió, tímido al principio, y me acompañó un buen trecho.


Es una pena que no pueda reflejar el aroma de la tierra mojada, de los pinos, de las setas...



Caminar sobre estos pasadizos de madera húmeda de lluvia fresca os aseguro que es una delicia.



Es posible que os haya mostrado estos parajes con anterioridad, pero la playa es un ser vivo, y como todo ser vivo cambia constantemente. Por mucho que pase por esta zona siempre me sorprende con matices, colores aromas o sonidos distintos.


Mirad por ejemplo esta vista en la que el mar casi llega a confundirse con el aire, las nubes parecen olas. Es como si hubieran pactado por un día una especie de intercambio.


Este rincón es muy especial, no hay más que ver la vista que se disfruta desde aquí.


El castillo de Sancti Petri, eterno compañero.



Y después de disfrutar de las vistas, tocó bajar a la arena. Menos mal que en este caso la frase no tuvo connotaciones taurinas.



Se iba despejando poco a poco. El aire se hace más fino después de una tormenta, se espabilan las pituitarias... ¿a que sí?



Las arenas se manifestaron en masa, intentaron invadir otros terrenos. Menos mal que allí estaban las fuerzas especiales, rígidas, uniformes, codo con codo ante la avalancha de manifestantes. Lograron pararlos a base de palos... de madera.



Estos chicos me permitieron observarles mientras hacían sus prácticas de submarinismo. Son estudiantes de un módulo de buceo profesional. La verdad es que me resulta agradable comprobar que en los planes de estudios se contemplan estas profesiones. Vienen de vez en cuando a realizar prácticas acompañados de sus monitores. No tuvieron inconveniente en que les fotografiara.
Hermoso y respetable trabajo. Les deseo mucha suerte en su futura vida profesional.






Y para finalizar, parece que este tiovivo no viene a cuento... ¿no? A ver que opináis: mi llegada a la playa de hoy me resultó algo muy agradable. Era como una especie de metáfora de la vida misma, una chaparrón y luego el sol, el paseo, la brisa en la cara... Me recordó la foto que tomé hace poco con el móvil en uno de mis paseos por Cádiz con mi compañera Alinanda, concretamente en la plaza de San Antonio. Para mí el carrusel es algo que tiene connotaciones de felicidad y de alegría infantil, algo que es posible que me haya imbuido la canción de Serrat "El carrusel del Furo". Pues bien, para to@s aquell@s que estén pasando por malos momentos les voy a dedicar esta canción. Pincha en el carrusel o tiovivo y oirás una sorpresita. Por favor, tomatazos no.

(Pon el sonido y pincha en el tiovivo)
El carrusel del Furo (J. M. Serrat)

Cuando la llama de la fe se apaga, y los doctores
no hallen la causa de su mal, señoras y señores
sigan la senda de los niños y el perfume a churros
que en una nube
de algodón dulce
le espera el Furo.

Goce la posibilidad de alborotar el barrio...
Por tres pesetas puede ser bombero voluntario
o galopar en sube y baja el mundo en un potrillo.
Dos colorados
tengo
y uno tordillo.

Suba usted, señor.
Anímese.
Cuelgue el pellejo en la acera.
Súbase
al tordillo de madera.
Y olvídese
de lo que fue y de qué modo
y cuélguese
en la magia de pasar de todo.

Móntese en el carrusel del Furo...
Súbase...
Dos boletos por un duro.

No se sorprenda si al girar, la luna le hace un guiño,
que un par de vueltas le dirán cómo alucina un niño.
Le aplaudirán desde un balcón geranios y claveles
y unos ojos
que le llenaron
de cascabeles.

Enfúndese en los pantalones largos de su hermano
y en la primera bocanada de humo americano
y el aire será más azul y la noche más corta.
Si no le cura,
al menos,
le reconforta.

Señor...
Anímese.
Cuelgue el pellejo en la acera.
Súbase
al tordillo de madera.
Y olvídese
de lo que fue y de qué modo
y cuélguese
en la magia de pasar de todo.

Móntese en el carrusel del Furo...
Súbase...
Dos boletos por un duro.


viernes, 21 de enero de 2011

La torre

En 1755 hubo un terrible terremoto en Lisboa. Quien haya visitado aquella deliciosa ciudad habrá constatado las consecuencias que tuvo para los lisboetas. También se habla por aquí de vez en cuando del maremoto que asoló Cádiz ese mismo año, consecuencia también del mismo terremoto que asoló Lisboa. Una especie de brutal efecto mariposa que debería hacernos pensar. ¿Podría volver a producirse? ¡Chi lo sa!

El siguiente relato lo hice para compartirlo con los compañeros de tertulia de Cádiz. Espero que os guste.






A tres escalones de la salida a la azotea le despeinaron dos palomas. Aún aturdido, confundió su aleteo con un vapuleo de almohadas. El último escalón lo afrontó con una mano abierta apretando en su rodilla, en un gesto anciano y tan atávico que no necesitó recordar su propio nombre. Las palomas se disolvieron en el deslumbre. Se acercó al pretil con una mano por visera ¿Tendrían nombre los primeros que usaron su mano para defenderse del sol en la llanura? Se asomó al vacío entre dos almenas y vio a sus pies una corriente de agua aliñada de ramajes, lagartos y espuma. La piedra ostionera dibujó garabatos en las palmas de sus manos, como antes había grabado códigos de barras en sus codos y rodillas. Un cernícalo detuvo su vuelo a cinco metros de su cabeza. ¿Cómo te llamas? Pareció preguntarle desde su aleteo estacionario. Cerró los ojos… “Castilnovo, me llamo Castilnovo…” Intentó recordar su nombre y mencionó sin saberlo lo último que había leído en un folleto turístico. Entonces Sinnombre recordó el tríptico, y la puerta de entrada a la torre, y el trotar de mil caballos, y los lengüetazos del millón de hipopótamos, y las paredes ácidas lamiéndole las rodillas entre babas blancas… y releyó de nuevo entre recuerdos: la torre fue parcialmente destruida por un maremoto en 1755. La confusión le hizo mirarse las ropas… no, unos tejanos, por muy destrozados y mojados que estén, no son indumentaria del siglo XVIII… Entonces Sinnombre se sentó apoyando su espalda en la almena picajosa, y se recordó conduciendo su autocaravana entre restaurantes con sombrajos, aparcando en El Palmar, oyendo las noticias de la radio… Terremoto en El Algarve… un terrible terremoto de fuerza siete asola la costa del Algarve portugués…



Para terminar, y sin salir del tema marítimo, os recomiendo ver y escuchar esta canción de Mayte Martín. La letra la ha tomado de un poema del malagueño Manuel Alcántara. A disfrutar.


Nota: Si quieres seguir oyendo de fondo el rumor de las olas mientras ella canta, ve al final de esta página, abajo del todo, y baja un poco el volumen del sonido de las olas.





Por la mar chica del puerto

Por la mar chica del puerto
andan buscando los buzos
la llave de mis recuerdos.

(Se le ha borrado a la arena
la huella del pie descalzo
pero le queda la pena.

Y eso no puede borrarlo.)

Por la mar chica del puerto
el agua que era antes clara
se está cansando de serlo.

(A la sombra de una barca
me quiero tumbar un día;
echarme todo a la espalda
y soñar con la alegría.)

Por la mar chica del puerto
el agua se pone triste
con mi naufragio por dentro.

miércoles, 12 de enero de 2011

Fragatas, Petras y mariposas

¡Corneta, toque atención!


Pues sí, con el nuevo año volvemos a la batalla playera. Hoy en concreto he dado un paseo por La Barrosa. Os seré sincero: al comienzo de la caminata no pensé en obtener datos para una entrada en el blog, ni siquiera llevaba encima la cámara, mi admirada Konica, sin embargo se me presentaron varias curiosidades en mi camino y eché mano a la cámara de fotos del móvil Nokia. Espero conseguir contagiaros algo de mi disfrute.

Después de tantos días de lluvia y mal tiempo, se nos presentó esta maravillosa mañana. La playa luce hermosa y limpia. Me ha sorprendido ver trabajar allí al servicio de limpieza, pensaba que sólo lo hacían en temporada de baños.


Entre otras curiosidades me encontré con esta pompita azul. En principio parece algo artificial: un globo desinflado, un chicle, un Prime modelo fantasía... pero no, en realidad se trata de una fragata portuguesa. Sí, no te rías, pincha aquí y lo comprobarás. Por cierto, si ves alguna por la playa no la toques, hace pupita.

Por el camino vi algunas más. Esta es otra fragata o carabela portuguesa, también se le llama así.



Más cuerdas y redes... Cada vez que paso junto a uno de estos amasijos tengo que acercarme a curiosearlos.



¿Os imagináis como sería de grande este choco? Está hecho de calcio puro, es el esqueleto de un choco o sepia. Se ven muchos por la orilla, pero nunca había encontrado uno tan grande. Cuando las hembras de canarios están criando, se les pone uno entre los barrotes de la jaula para que adquieran el calcio que necesitan a base de picotearlos. Este habría que ponérselo a algún buitre por lo menos.




Aquí está al lado de mi navaja, es una forma de compararlo para calcular su verdadero tamaño. Sí, ya sé que mi navaja es una mininavajita suiza, no seáis quisquillosos, leñe.





Recordaréis alguna obra maestra de artistas playeros que he puesto por aquí. Se me viene a la memoria el grafitti en las tablas cortavientos, el de los ojos femeninos, una pasada. Pero estas esculturas no están mal. Han aprovechado el talud de arena para hacerlas.









¿Y qué me decís de esta monada? Supongo que os recordará a Petra, la ciudad tallada en la roca. Seguro que quien haya tallado esta maravilla se ha inspirado en esa ciudad antigua, tiene las vetas dibujadas en la piedra casi con los mismos tonos ¿a que es curioso?




Petra está en Jordania. Aquí se ven hasta las palmeras de fondo, como si quisieran hacerse presentes para parecerse más a su verdadero entorno.


De templo a templo y tiro porque me toca. El tallado en la arena es imitación de los que hay en Petra, al fondo se vislumbra el castillo de Sancti Petri, posible ubicación del antiguo templo de Hércules o Melkart.




¿Sabéis lo que es la pesca a curricán? Pincha y lo sabrás. Y si queréis ver cómo funciona este reclamo pincha en la foto y verás otro vídeo. El principal artilugio para el citado tipo de pesca es esto que me encontré, un pez más falso que el asesor de ética de telecinco. Llaman la atención sus colorines y los anzuelos.


Y aquí una extraña criatura que me encontré entre los palmitos a la salida de la playa, una auténtica y genuina mariposa bivalva (bivalvus decogna). Es un ser asustadizo y dificil de localizar. Vive exclusivamente en las inmediaciones de playas donde paseen otros seres igual de extraños, los sorna sorna alinandum.
.

Y para terminar, y aunque ya han pasado unos días desde que comenzó el año, quisiera aprovechar para desearos a tod@s un feliz y entrañable 2011. Que estos doce meses os resulten como un carrusel de bienestar y buenos ratitos.
Hasta pronto.