miércoles, 19 de junio de 2013

La despedregadora (2)



Este amanecer, como cada día, ha pasado la máquina despredegadora por la playa. Sin testigos, ha recogido conchas de especies extintas, piedras planas con forma de pie, de hipopótamo, de pistola y de argumentos viriles. Ha destrozado las gafas que perdió ayer una niña holandesa, ha removido 35 euros en monedas, ha roto en varios trozos la estatuilla fenicia que un comerciante ofreció a Melkart desde su nave, ha doblado tres palas y nueve rastrillos de plástico y ha pasado sobre un marrajo medio seco que ha quedado con la boca abierta y mirando cómo se alejaba la máquina. La arena ha quedado limpia y recién peinada, como una niña antigua a la que llevaran a misa. Pura y vacía.