lunes, 30 de junio de 2014

Sombrillas con bombillitas

Hoy he caminado de nuevo por mis senderos playeros habituales. Imagino que reconoceréis algunos de estos lugares, pero no me he podido resistir a plasmarlos otra vez. Además, siempre hay algo nuevo que disfrutar en cualquier sitio que visites. Por ejemplo, te habrá extrañado el título de esta entrada ¿no? Pues paciencia, si llegas hasta el final sabrás el por qué.
 
 
 
 

Estas dos fotos por ejemplo: son del puente que da acceso al hotel Iberostar desde una de las la rotondas de Novo Sancti Petri. Es un acceso peatonal poco conocido y por tanto poco transitado. Por estas fechas luce frondoso gracias a las parras  de antiguas viñas.






El amanecer da un toque mágico a la bruma colándose entre los pinos.



Este pasadizo hasta la playa entre dos hoteles también es poco conocido. Suelen usarlo los usuarios de los hoteles y algunos vecinos de la urbanización. Es uno de los lugares por los que más me gusta  pasear cuando aparecen los primeros rayos de sol.
 
 

Y al final del pasadizo aparece el mar. Hermoso, como siempre.



 
Antes de salir a la arena me encontré con estos dos hermanitos. Volaban a duras penas y se colocaron en esta empalizada. Se ve que éste es también su paraíso.  
 
 

Ya en la arena me sorprendió lo transitada que estaba la orilla. Ha sido de los amaneceres más poblados que he visto en la playa. Ojalá sea una buena señal con respecto al año turístico, faltita hace.
 
Esta señora parecía tener una conversación con la gaviota:
 
- Pues yo aquí haciendo un poco de yoga... ¿y tú?
 
- ¿Yo? Pues volando voy, volando vengo, tú sabes...
 
 
 
 
 
 
Esta otra señora seguro que buscaba orejitas, no sabe que el monopolio lo sigue teniendo Alinanda. No ni ná.
 
 
 
Muchos visitantes, sí, algunos alados.
 
Otra de las cosas que me ha sorprendido este año ha sido la novedad de algunos chiringuitos blancos y con formas más innovadoras que los típicos de madera. Dan un toque muy elegante.
 



¡Paqui, me voy a andar por la playa! ¡Me llevo la camiseta de no perderme!



 
Cuando paseo por la playa, hasta las piedras me sonríen.



Red de voleibol modelo National Geographic.
 
 
 
 
 Este es otro de los chiringuitos de los que os he hablado antes. Bonito ¿a que sí?
 




 
Por algunas zonas se empezó a presentar una bruma fresca (muy fresca, como que era de hoy)

 
Que formaban unos efectos de luz hermosos. Como para no pararse a disfrutarlos.
 
 
 
Y este fue el último chiringuito antes de llegar a la Torre del Puerco.
 

 
El relente de la noche hizo de las suyas y se alió con los primeros rayos de sol para hacer el milagro: las sombrillas con lucecitas.
 







 
Hermoso ¿a que sí? Pues a disfrutarlo. Hasta pronto, prometo volver.