Y es que ayer paseé por la playa al amanecer. Ya comienzan mis largos paseos con la cámara en la mochila, saciado de pan con aceite y miel y hambriento de curiosidad y paisajes. Me llamó la atención esta imagen tan atractiva y extraña. Sabía que la playa me echaba de menos, pero no hasta el punto de que las nubes se arrebolaran a mi paso, como las mejillas de una quinceañera ante su añorado pipiolo. Esta mañana llegó la decepción: no era un arrebol de bienvenida a mi persona, sino más bien un candilazo, una especie de campanilla visual avisadora de las lluvias que más tarde nos visitaron… qué le vamos a hacer. Según oí a José Miguel Viñas en Radio Nacional esta mañana, el arrebol del cielo en los amaneceres, también llamado candilazo, es una señal de aviso, un efecto meteorológico que aprovechaban nuestros antiguos para predecir lluvias, incluso hizo mención de un refrán: candilazo al amanecer, lluvia al atardecer.
Esto es lo que dice el diccionario de la RAE de la palabra arrebol:
1. m. Color rojo de las nubes iluminadas por los rayos del Sol.
2. m. Este mismo color en otros objetos y especialmente en el rostro de la mujer.
Y para terminar, pinchad aquí y veréis un vídeo de un grupo chileno, Los Jaivas, en una de sus canciones, concretamente "arrebol". Ya veis qué curioso, de las playas de Cádiz hasta Chile cabalgando en un candilazo.
Saludos y hasta pronto, arrebolados seguidores.