En mi última entrada en el Facebook gastaba una broma con respecto a qué país huiríamos en caso de aburrirnos de ciertos defectos del nuestro. Quizás esta entrada sirva para quitarnos las supuestas dudas.
Y es que en los últimos diez días he estado dos veces en Los Caños de Meca. Es una zona que me fascina, de hecho hay alguna que otra entrada anterior en este blog dedicada a esta zona.
Suelo colgar fotografías realizadas con mi cámara Konica, pero en este caso las hice con la Canon de Oscar. Creo que es evidente la diferencia en la calidad de las mismas. Esta imagen de la barca embarrancada es una monada... ¿a que sí?
Al menos le alegraron el día al faro de Trafalgar. Durante todo el rato que estuve allí no quitó ojo a los chicos y chicas de las velas.
El mar nos presenta una cara distinta cada vez que le saludamos. El primer día de los dos que os hablaba estaba así de revuelto, y ya se sabe, a mar revuelto, ganancia de juguetones, como este chico que volaba sobre las olas.
Sí, volaba, parece mentira la altura que llegan a alcanzar. Menos mal que usé el teleobjetivo, si no se me hubieran escapado estas impresionates imágenes.
Al menos le alegraron el día al faro de Trafalgar. Durante todo el rato que estuve allí no quitó ojo a los chicos y chicas de las velas.
No es éste el caso, pero hay días que esta zona sufre enormes marejadas que hacen dificil el paso hasta el faro.