Ayer participé en el encuentro de artistas Barrunto en la plaza Mina de Cádiz junto con otros miembros del Colectivo Letras Libres. Entre lectura y lectura tuve el placer de charlar con Abril y Olga, dos mujeres entrañables con las que descubrí una serie de casualidades vivenciales que llegó a emocionarnos. La primera de ellas este cuadro de Abril con una niña vestida de rojo sobre el lomo de una ballena azul (sólo le faltaban los zapatitos rojos, pero estos estaban en la portada de la novela)
Otra de las casualidades fue su reciente disfrute con la lectura de un libro: Memorias de un malnacido de José Casado Montado. Me confesó haberme recordado al leerla, le dije que Los años de la ballena estaba en parte inspirada en un pequeño libro de ese mismo autor, Trigo tronzado. Hermosa casualidad, sobre todo si comprobamos que esos dos libros son muy difíciles de encontrar al tratarse de autoediciones de hace bastantes años.
A Abril Morillo la veo muy de vez en cuando pero, por mucho tiempo que pase, nos saludamos con una enorme y sincera alegría. Sus cuadros son de una sensibilidad desbordante. Destilan alegría y amor a la vida. Es un placer seguir teniendo su amistad, y a partir de ahora, la de Olga. Gracias a las dos. Besos grandes.
Y para terminar, os muestro aquí el texto que leía en el momento que refleja la fotografía:
Bajo tierra
En estos momentos bajo tierra hay un juego de llaves disolviéndose entre óxidos y bajo el suelo de Carrara hay un David esperando a su Miguel Ángel. En estos momentos bajo las arenas del desierto hay un pergamino reseco con la verdad sobre Cristo. En estos momentos hay bajo la tundra un mamut dormido con su ADN completo. En estos momentos bajo tierra hay tres joyas de oro que un judío regaló a su amante musulmana y, más abajo, el sonajero fenicio de un niño que nació muerto. En estos momentos bajo tierra dos guerreros hacen las paces con espadas cruzando sus costillas descarnadas. En estos momentos un neandertal de ojos azules se bebe la tierra por una mirada de su vecina homo sapiens. En estos momentos bajo tierra hay una hermosa niña sin responso. En estos momentos bajo tierra hay un poeta enterrado vivo, con los dedos gastados hasta los nudillos.
Saludos y hasta pronto. Ah, y cabalgaros la vida, aunque sea sobre una ballena.
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