sábado, 30 de abril de 2011

Candilazos y arreboles.

Estas fotografías podrían parecer de un gran candil, así tendría cierta lógica el título de esta entrada, pero son de un pequeño faro situado en el interior de hotel RIU. Aproveché que pasaba a su lado para colocarme en un sitio estratégico, de forma que el sol hiciera las veces de lámpara en el interior del faro.













Y es que ayer paseé por la playa al amanecer. Ya comienzan mis largos paseos con la cámara en la mochila, saciado de pan con aceite y miel y hambriento de curiosidad y paisajes. Me llamó la atención esta imagen tan atractiva y extraña. Sabía que la playa me echaba de menos, pero no hasta el punto de que las nubes se arrebolaran a mi paso, como las mejillas de una quinceañera ante su añorado pipiolo. Esta mañana llegó la decepción: no era un arrebol de bienvenida a mi persona, sino más bien un candilazo, una especie de campanilla visual avisadora de las lluvias que más tarde nos visitaron… qué le vamos a hacer. Según oí a José Miguel Viñas en Radio Nacional esta mañana, el arrebol del cielo en los amaneceres, también llamado candilazo, es una señal de aviso, un efecto meteorológico que aprovechaban nuestros antiguos para predecir lluvias, incluso hizo mención de un refrán: candilazo al amanecer, lluvia al atardecer.













Esto es lo que dice el diccionario de la RAE de la palabra arrebol:


1. m. Color rojo de las nubes iluminadas por los rayos del Sol.
2. m. Este mismo color en otros objetos y especialmente en el rostro de la mujer.

Y para terminar, pinchad aquí y veréis un vídeo de un grupo chileno, Los Jaivas, en una de sus canciones, concretamente "arrebol". Ya veis qué curioso, de las playas de Cádiz hasta Chile cabalgando en un candilazo.


Saludos y hasta pronto, arrebolados seguidores.

viernes, 15 de abril de 2011

Despedida

No todo iban a ser jijis, jajas. Ayer dimos el último adiós a Enrique Márquez Muñoz, trabajador y compañero incansable. Ofreció con generosidad gran parte de su vida a su trabajo y a sus convecinos. Sé que la Armada no va a dedicarle ningún monumento ni va a ser glorificado en ningún panteón ilustre, eso no sucede nunca con los trabajadores humildes, por eso quiero dedicarle este modesto rincón. Descansa en paz amigo Márquez.