domingo, 20 de octubre de 2013

Ora Marítima


Hace unos veinte años llegó a mis manos un libro editado por el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz: Geología de la Costa y Bahía de Cádiz. Se trataba de la reedición de “La Geología de la Costa y Bahía de Cádiz y el poema Ora Maritima, de Avieno” una memoria estudiada y redactada por el ingeniero de minas Juan Gavala y Laborde en 1959. Se trataba de un estudio de la costa de Cádiz a partir de las explicaciones que el poeta y geógrafo latino Rufo Festo Avieno reflejó en su extenso poema Ora Marítima en la segunda mitad del siglo IV. En dicho poema explicaba cada uno de los accidentes geográficos de la costa conocida y sus características. Como habréis deducido, de ahí tomé el nombre de este blog.
 
Rafael Alberti no pasó por alto el poema de Avieno y publicó un libro de poemas dedicado a Cádiz en 1953 con el mismo nombre. Aquí os lo pongo acompañado de fotografías que tomé en uno de mis agradables paseos gaditanos:
 
 

 
            … Y así naciste, oh Cádiz,
blanca Afrodita en medio de las olas.
Levantadas las nieblas del Océano,
pudiste en sus espejos contemplarte
como la más hermosa joven aparecida
entre la mar y el cielo de Occidente.

 
 
Traías en tus manos fenicias el olivo
y un collar para Tarsis,
para su poderosa garganta plateada.
En ella se abrasaron tus ojos, sobre ella
reclinaste la frente, y fuiste rica,
la avara marinera que en el viento
de Nuestro Mar tendía, victoriosa, su nombre.
 
 

Así en las infernales
brumas dolientes del Ocaso abriste
las Puertas Gaditanas
como las arcas del más bello tesoro.
Sobre tus dos entrelazados mares,
Hércules, venerada luz, ardía,
divina fuerza, sol de la aventura.
 
 
 
Ya el fin del mar, los límites del mundo
en ti no se encontraban.
Tú misma los borraste con tus naves,
oh clara estela del Oriente, oh soplo,
brisa inicial, anunciador camino.
 


Como reina de todos los metales,
reluciste en el trueno y el relámpago
de la celeste voz de los profetas.
La plata que de Tarsis alzaban tus navíos
llena está de sus sílabas ardientes.
 
 
Dijo Ezequiel a Tiro, oh Cádiz, madre tuya:
“Tarsis contigo comerció, debido
a la gran multitud de sus productos.
La plata, el plomo, el hierro y el estaño
ella los dio en tus ferias.”
 

 
 
Y también Isaías dijo a Tiro,
oh Cádiz, madre tuya:
“Y las naves de Tarsis
salen para traer tus hijos de muy lejos
cargados con su plata.”
 
 
 
Y dijo Jeremías,
alabándote, oh Cádiz, tus tesoros:
“De Tarsis traerán la plata martillada,
que vestirán de cárdeno y de púrpura
las manos del artífice”.
 


Cargada está la mar de tus naves, henchidas
con el viento solano están sus velas.
Anclas de plata, no de plomo, lucen
por los azules puertos asombrados.
Oigo los cantos de tus marineros,
oigo sus remos dando en las espumas,
oigo un clamor antiguo que hoy me llega
batido por el sol de tus dos mares.

 
 

Taza de plata ya, vaso de luz, esplendes
entre las olas desde tus orígenes.
Así mi corazón te guarda, así lo habitas
desde aquel tiempo, oh Cádiz, que tus ojos
en mis dunas mirándote me vieron
y arrodillada sobre el mar me hablaste.

 

 

2 comentarios:

Erna Ehlert dijo...

Desde luego es una joya esta Cádiz!

Y como luce en tus fotos!


Saludos

Louisette dijo...

Magnifico fotos , paisages maritina, saluda del Belgica