lunes, 28 de junio de 2010

Cortadura

Ayer estuve en Cádiz. A la vuelta hice la tarea: paré el coche en la playa de Cortadura y me eché la mochilita a la espalda, cámara incluida. Sabéis que Cádiz se une al continente, a San Fernando concretamente, a través de un istmo. Pues bien, esta playa forma parte de ese istmo. Para mí tiene mucho valor sentimental, es donde iba con mis primeras pandillas de imberbes a pasar el día de playa e intentar ligar algo, cosa que nunca se me dio bien por cierto a pesar de mis pubecentes encantos. En San Fernando, mi ciudad natal, hay una excelente playa que ya os mostraré, pero en aquellos días era de uso exclusivo para las prácticas de tiro militar y teníamos que emigrar hacia otras playas cercanas, y ésta era la mía.


Este es el segundo acceso después de las murallas de Cortadura saliendo de Cádiz. Está bien acondicionado y tiene un chiringuito al lado con muy buena pinta. El nombre de Cortadura le viene del fuerte que allí se edificó para defender Cádiz en el caso de que los franceses rebasaran las líneas de defensa de San Fernando, sobre todo en el puente Zuazo. A un paso estrecho con foso como defensa militar se le llama así, cortadura.


Esto también es una línea de defensa, pero en este caso lo que corta es el paso de la arena. Los vientos que allí corren de vez en cuando hacen que las dunas avancen hacia la carretera que corre paralela a la playa. Antes de que se pusieran estas barreras era bastante común que se ralentizara el tráfico por la arena acumulada en el asfalto.



La distracción favorita de los escarabajos: hacerle pespuntes a la arena.



A desalambrar, a desalambrar, que la playa es nuestra tuya y de aquel, de Pedro, María, de Juan y José... ¿Recordáis la melodía Victor Jara? ¿A que le pega?



- Señor, ha tirado usted una lata a la arena.


- Uy, perdón, no había visto el cubo... son tan discretos...





Han nombrado asesora del vestuario y accesorios playeros a Pepi Mayo, por colores que no quede.





Cuando hay marea baja, como es el caso, queda una parte extensa de agua con muy poca profundidad donde se puede disfrutar de la vista de algunos animalillos, algas y otras cusiosidades, como estas algas tan vistosas.








Estas tienen un curioso nombre científico: mangas de trajes antiguos de comunion.







Cuando paseaba con el agua hasta los tobillos casi pisé un choco pequeño (sepia). Salió raudo y no me dio tiempo a fotografiarlo, pero sí a la tinta que soltó en su huída. Sí, eso que veis es tinta negra diluyéndose en el agua.










Aún no he podido catalogar a este extraño ser alado. Por mucho que he investigado no sé de dónde coño proviene.










Práctica habitual en las playas de nuestro litoral. Por favor, no sigáis su ejemplo. El día que os apetezca ir por la playa arrancando piedras para buscar cangrejos o pescar pececillos con una pequeña red, os metéis en la camita y esperáis que se os pase. Esta es la muestra de que la playa es vida cuando no hay humanos. El hábitat de cantidad de seres acuáticos y de aves lo ocupamos sin darnos cuenta de que con ello expulsamos a sus auténticos moradores.










Esta es la venta de El Chato. Es muy antigua y tiene mucha historia. Recuerdo que me hizo mucha ilusión verla citada en uno de los capítulos de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Casi siempre la vemos desde la carretera, esta es una curiosa estampa desde la orilla.













Esta entrada a la playa está a medio camino entre Cortadura y la venta de El Chato. Lo que se ve en primer término son dos muros que sirvieron de base para el acueducto romano. En la época romana se costruyó una obra faraónica que aún sorprende por su importancia, una inmensa obra de ingeniería. Consistía en un acueducto que partía del manantial de Tempul en la sierra, cerca de Algar y suministraba agua a Gades. La base del mismo era un ancho muro construído a base de rocas y mortero. Sobre el mismo se colocaban las piedras a modo de tuberías, con un agujero tallado en el centro, machihembradas y unidas con mortero a las otras, así kilómetros y kilómetros. Más información pinchando aquí.













Aquí los mismos muros. Sabía que cerca de allí, a unos veinte metros, había restos de las piedras con el agujero en el centro que os he nombrado, las busqué para mostrároslas y no hubo forma de encontrarlas. En ese momento pensé que las dunas las habrían cubierto, a fin de cuentas las playas son seres vivos que nos enseñan o nos dejan de enseñar lo que a ellas les apetece. Investigué un poco y me llevé un palo. Si quieres saber el por qué de mi decepción pincha aquí.













Y esta es la salida después del paseo. Espero que os haya gustado. A seguir bien y hasta la próxima.
















5 comentarios:

Verónica Calvo dijo...

Qué buen paseíto me he dado!!! Y si es por Cçadiz, mejor.
Me gustan tus fotos, especialmente la del señor sostenido sobre su ego.
Alinando, vengo a conocerte y me voy encantada.

Un gran abrazo

Alinando (Antonio Díaz) dijo...

Encantado Ananda. Cuando quieras mojarte los pies, pasa sin llamar.

Un abrazo

María Dolores dijo...

El paseo por la playa de Cortadura es precioso, instructivo, con su pizquita de sal, además de la del mar. Yo no sé a los demás, pero estás poniendo las cosas díficiles. He estado esta mañana en Costa Ballena y me empiezo a preguntar cosas para las que no tengo respuesta y quién sabe si también pueden tener su poquito de historia.

Quedo a la espera de nuevas y entradas y de nuevo, gracias!!!!!!!!!!!!!!!!

Loli.











Loli.

Carmen dijo...

Esto es mejor que una visita guiada, donde va a parar. ¿qué guía va a tener la sensibilidad y la buena vista de enseñarlos los pespuntes de los escarabajos? (esto es un puntazo)

Muy bien Alinando, y las fotos guapísimas.

Esperanza Clímaco dijo...

Hola, me preguntaba por el origen del nombre de la playa de Cortadura y la búsqueda rápida me ha llevado hasta este blog, donde he encontrado la respuesta. Cual ha sido mi sorpresa... pues he quedado maravillada con las explicaciones.

Seguiré el blog para conocer esta maravillosa tierra...

¡Enhorabuena!

Saludos, Esperanza